Repsol YPF ha respondido a las acusaciones de Intermón Oxfam diciendo que respecta los derechos de los indígenas del Perú y que cumple la legislación. Además, manifiesta que el diálogo con la sociedad y el respeto a los derechos humanos preside cualquiera de sus acciones a nivel internacional. No lo dudo. Acto seguido enumera las acciones que está llevando a cabo concretamente en Perú. Al conocerlas casi escribo al señor Brufau para felicitarle, en lugar de sumarme a la carta a la que nos invita a enviarle Intermón Oxfam.
Intermón Oxfam, por su parte, acusa a Repsol de vulnerar el “derecho a consulta”, como recomienda la Convención de la OIT, a la que está sumada Repsol YPF y el Gobierno del Perú, aunque reconoce que gran parte de culpa es de la legislación peruana. Luego hablan de que una contrata de Repsol YPF paga menos de lo que Repsol YPF había prometido. Vaya. Finalmente exige a Repsol YPF que se base en la legislación española cuando ésta sea más exigente que la del país donde opera. Como dirían los castizos: “y una entrada para los toros”.
Me da la sensación de que las acusaciones de Intermón Oxfam se sustentan en bien poco, aunque Repsol YPF debería tomar buena nota porque también es cierto que cuando salen a la luz es porque seguro que hay aspectos a mejorar.
Mi conclusión es que ese famoso diálogo entre grupos de interés, al que todos apelamos, a veces es insuficiente entre agentes de referencia como es el caso. Repsol YPF, Intermón Oxfam, hablen más por favor. Por cierto, en paralelo, la página principal del Gobierno del Perú anuncia que el Presidente Alan García ha recibido en el Palacio del Gobierno a los directivos de Vale de Rio Doce, que invertirán 479 millones de dólares para explotar y producir fosfatos en Bayóvar. No dice nada de si están adaptando la legislación a los requerimientos de la OIT.
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