(publicado en el blog “Del dicho al hecho”, en http://www.serresponsable.es/ , el día 12 de febrero de 2008)
En los últimos meses he pensado a menudo en el extraordinario equipo de profesionales que gestiona la reputación corporativa en Renfe. Y he pensado en ellos a raíz de la hecatombe de las Cercanías y de la llegada del AVE a Barcelona. Con el buen trabajo que han hecho y que por aquí la reputación de la compañía esté por los suelos, por unos episodios donde no tienen prácticamente ninguna responsabilidad. Y porque la gran mayoría de la ciudadanía abrevia y piensa en Renfe siempre que se trata de un vehículo a raíles. La cosa funciona así.
Lo cierto es que aún les salvan dos cosas: que el Barça capitaliza las iras de muchos catalanes, cada día más, con lo que pasan más desapercibidos, y que la Ministra Álvarez concentra las críticas en sus espaldas. La última de la Ministra se ha producido esta misma tarde. Se ha presentado en Barcelona con el AVE en “pruebas” para comunicar que el día 20 de febrero por fin llegara éste a Barcelona, por cierto con “sólo” 8 años de retraso. Y en lugar de llegar de forma discreta y comunicar la fecha, no se le ha ocurrido otra cosa que prohibir que los periodistas gráficos accedieran a los andenes de la estación de Sants para cubrir su llegada. La reacción ha sido la lógica, todos estos periodistas han protagonizado un plante en la puerta de la estación, con lo cual las tertulias radiofónicas y TV3 en directo, sin ir más lejos, no han tenido más remedio que condenar la falta de transparencia de la Ministra en todo lo que hace. Puede que alguno de sus asesores la haya dicho que no dejara entrar cámaras para luego poder aducir que “no había venido a hacerse la foto”. Pero me parece muy simplón, no habrá sido eso.
Lo cierto es que a un mes de las elecciones le sigue haciendo un flaco favor a su partido en territorio catalán donde, por otro lado, sigue siendo el gran favorito para ganar las elecciones por el efecto de polarización que se da en estos comicios. En lugar de buscar alguna complicidad con los que mayor visibilidad le pueden dar, los periodistas, lo que hace es crisparlos a todos. Magdalena Álvarez probablemente podría presentar un balance interesante en su gestión y acabará recordada como una superstar. Un pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario