(publicado en el blog “Del dicho al hecho”, en http://www.serresponsable.es/ , el día 26 de febrero de 2008)
Podría parecer la publicidad de un detergente pero no lo es. El título de este post se refiere a un tema que ya he tratado, por lo menos dos veces, en este mismo blog: la mancha que han dejado en la reputación de las ONG los escándalos de los últimos tiempos.
La consultora Edelman (http://www.edelman.com/) ha presentado su
Barómetro de Confianza en el que señala que las empresas ya tienen prácticamente el mismo grado de confianza que las ONG. Yo no me lo creo, pero si que coincido en que el antagonismo de antaño entre ambas organizaciones es cada vez menor. Lo explican fundamentalmente dos hechos: por un lado los escándalos han hecho perder “glamour” a las ONG, siempre percibidas como ejemplares, y por otro que cada vez más se conoce la responsabilidad de las empresas porque estas han descubierto que dando visibilidad a sus actuaciones responsables consiguen buenos réditos en reputación y, sobretodo, ventaja competitiva con respecto a sus competidores.
En resumen, un dato más sobre lo que ya comentábamos. Los escándalos de unas pocas ONG han salpicado de forma ostensible al sector en general y ahora sólo queda trabajar para buscar nuevas fórmulas para lograr recuperar la credibilidad de antaño. Aquello de que a la ONG la honestidad “se le supone” ya es historia.
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