(Publicado en Diario Responsable)
Después de hablar durante años de que las empresas norteamericanas reaccionaron a las grandes crisis de los años 90 con una gestión de la reputación corporativa que las blindaba ante futuras situaciones de crisis, ahora vemos como una tras otra caen producto de la mala gestión o de la gestión especuladora, según el caso. Ayer mismo vimos como el Dow Jones caía en picado, ni más ni menos que un 4,42%, producto básicamente de la quiebra de Lehman Brothers.
Esta es la reflexión: ¿de qué ha servido a Lehman Brothers tener una mejor o peor reputación en esta situación económica? Seguramente de nada. Y no hablamos de una empresa cualquiera, hablamos de una empresa con más de 158 años de vida, que pasó momentos como los de la “Gran Depresión”. Y esta es la punta del iceberg. Vemos, también, como la aseguradora AIG perdía un 70% de su valor; precisamente una empresa que todos hemos visto en manuales hablando del interés creciente de la gestión de la reputación en las grandes corporaciones. Y hemos visto como Merrill Lynch se compraba a precio de saldo. Y hemos visto, con el temor de la onda expansiva que nos puede llegar, como Hewlett Packard despedía a 25.000 trabajadores.
El momento es difícil, no cabe duda. Esperemos que la buena reputación sirva al menos para salvar a las que estén en el filo de la navaja.
3 comentarios:
No tengo ninguna duda, Jordi. En épocas de recesión, la consulta online es contínua para orientar el consumo hacia unas marcas/empresas u otras. El rastro que van dejando las organizaciones en la red es clave, ahora, para atraer a sus 'simpatizantes' y posibles consumidores.
Un saludo!
Cierto Francesc. Saludos!
Publicar un comentario